Panel “Una nueva visión de Gobernabilidad y Gobernanza incorporando el Derecho a los Ciudadanos”.

Publicado el 09 Octubre 2017
Discurso 31, 2017

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Dra. Teresa Incháustegui Romero
Directora general del Instituto de las Mujeres de la CDMX
Segundo Foro Internacional de Economía del Cuidado e igualdad Laboral de la CDMX.
Panel “Una nueva visión de Gobernabilidad y Gobernanza incorporando el Derecho a los Ciudadanos”.
Club de Banqueros, calle 16 de Septiembre No. 27, Centro histórico.

“El paradigma de cuidado basado en el derecho universal de todas las personas a cuidar y a ser cuidadas contribuye a la igualdad de género”

Muchas gracias. Muy agradecida por esta invitación, por este evento, que además es parte de los trabajos que hemos venido construyendo en el Gobierno de la Ciudad de México, con la Secretaría de Trabajo y otras serie de organizaciones.

Ahora, mucho más contenta porque está ya esta iniciativa de ley que va a crear las bases para un Sistema de Cuidados en la Ciudad de México, que es un elemento fundamental para lo que algunas expertas y expertos han comenzado a identificar como la “cuidadania”, es decir, el derecho de todas las personas, sin distinción, para cuidar y para ser cuidados en algún momento de la vida.

Quisiera aprovechar esta ocasión para hacer algunas reflexiones muy breves, sobre el alcance que tiene este nuevo paradigma, estamos realmente en los albores de un nuevo paradigma de política social, de un nuevo estado de derechos, desde el punto de vista de la política social.

El estado de bienestar que ustedes, como laboristas, como trabajadores y funcionarios de la Secretaria de Trabajo, conocen muy bien.

Era un estado en donde lo que estaba centrado en el derecho al trabajo, como un derecho universal de todas las personas, aunque era fundamentalmente un trabajo para el varón, porque el modelo estaba basado en el hombre proveedor y en la mujer cuidadora.

Este modelo tenía toda una serie de servicios basados en el derecho al trabajo, que protegían al trabajador y su familia por extensión, a partir, por ejemplo, de cinco contingencias que se presentaban a cualquier trabajador, pero era un derecho que comenzaba en el momento en que la persona ingresaba al mercado del trabajo.

Entonces tenía un periodo de vida productiva durante la cual estaba él cotizando para tener estos derechos: al trabajo y seguro contra el desempleo; el paro; seguro contra los accidentes generados en el ámbito de trabajo o incluso fuera del ámbito del trabajo, pero que pudieran implicar discapacidades temporales o permanentes; a tener la protección durante la enfermedad; el derecho al retiro y el derecho a después de morir, a que sus deudos heredaran todo lo que tenía acumulado en su vida como trabajador.

Era vida productiva pero solamente de la mitad de la población, porque la otra mitad, las mujeres, en ese modelo estábamos consideradas como cuidadoras, a partir de una adscripción no social, sino biológica, porque somos procreadoras igual que los varones que son procreadores.

Pero a nosotras se nos asignaba esa tarea del cuidado y los cuidados tanto de enfermos, de discapacitados, de niños, niñas y viejos, que estaba considerada una actividad que no era para el mercado, sino que estaba en el ámbito emocional, del cariño del cuidado de la familia. Ese modelo hace mucho tiempo que hizo crisis.

Ustedes saben que cuando empieza a provocarse el desempleo de largo plazo y empiezan a entrar las formas flexibles o informales del mercado, ese modelo hace crisis y en ese momento las mujeres tenemos que entrar masivamente al mercado, porque además se acabó el salario remunerador, en donde con un solo salario podía vivir una familia hasta de cinco personas dependientes.

Entonces, las mujeres entramos al quite y no sólo las mujeres, todas las personas que podían ganar algún dinero haciendo algo, entraron a trabajar en las familias.

En México tenemos familias de cinco personas, seis personas, donde todas son perceptoras de ingresos de una u otra manera. Hay incluso familias que tienen hijos menores de edad, pero que tienen una gran necesidad de ingreso y todos esos niños y niñas están también trabajando, dejando a un lado la etapa de cuidados de vida, de educación, de formación de escuela, etcétera, porque tienen que trabajar.

En este sentido, el paradigma de cuidado basado en el derecho universal de todos a cuidar y a ser cuidados, le da la vuelta a ese modelo anterior y también a esa desintegración del modelo que hemos estado viviendo desde el inicio de las políticas neoliberales.

Este modelo de cuidado está haciendo hincapié en el valor humano de las personas, en la necesidad que tenemos todas las personas del cuidado, sobretodo en edades tempranas, que nuestro desarrollo psicoemocional requiere del cuidado, del amor, de la enseñanza, de la comunicación con otro humano para poder desarrollarse, incluso cognitivamente.

También, del cuidado que toda persona requiere por invalidez, por enfermedad y por vejez, de ese cuidado y de esa relación personal humana, cálida, para poder superar la enfermedad, para poder participar, aún en le vejez, de las actividades sociales, porque ustedes saben que los viejos se vuelven decrépitos, no por la vejez y por los años, sino por la soledad, el abandono, el aislamiento, la falta de relaciones cálidas y humanas.

Entonces, este es un sistema que coloca en primer lugar de la economía, del funcionamiento del mercado y la sociedad a la persona humana, no a las cosas, como hemos vivido durante todos los años de la modernidad, en donde lo que contaba y tenía valor son las cosas y no las personas.

¿Que eso contribuye a la igualdad de género? Sí contribuye a la igualdad de género, porque hasta este momento al género femenino se le recargó con esa tarea, una tarea muy loable, pero que no tiene ninguna valorización, ni ninguna consideración económica, y no estamos hablando de un sueldo, o de un salario que no vendría mal, estamos hablando de un cálculo económico que incluso pudiera estar en el presupuesto público y en la contabilidad social.

Lo que ocurre es que están tan al margen de todos esos cálculos económicos e incluso de los presupuestos públicos, que es algo que aparentemente no cuesta y acuérdense que como dijo el viejo Freud “lo que no cuesta no vale” y por eso, queremos que se valorice, que se contabilice y que, sobretodo, se sume como una tarea pública, no sólo a cargo del Estado, sino al cargo también de las empresas, de las comunidades, de las familias, es decir, que sepamos que lo que importa en la economía, en nuestra vida, somos las personas y no las cosas.

Por eso hablamos ahora, de una economía del cuidado y por eso consideramos una iniciativa como esta.

Es fundamental en esta trayectoria de derechos, que como gobiernos de izquierda y progresistas nos hemos planteado desde hace más de treinta años, ir en contra de las corrientes neoliberales, que buscan que las personas no valgamos, que para ella no valen las personas porque si valieran, no tuviéramos esa gran violencia que tenemos en el país, violencia armada, desapariciones, muertes y mientras el gobierno voltea a ver para otro lado.

Ésa es la prioridad en este gobierno, por eso estamos muy contentas de que ya sea una realidad con la cual vamos a construir, solamente es una primera piedra para seguir construyendo.

Muchas gracias.

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