Presentación del libro “El Descuido de los Cuidados”

Publicado el 01 Marzo 2017

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Dra. Teresa Incháustegui Romero.
Directora general del Instituto de las Mujeres de la CDMX.
Presentación del libro “El Descuido de los Cuidados”
en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

“El derecho al cuidado debe ser un derecho universal, porque todos en algún momento de la vida tenemos la obligación de cuidar o el derecho de ser cuidados”

Muchas gracias a todas y todos.

Decir, en primer lugar, que es un placer, una enorme satisfacción poder estar en la presentación de este libro, que derivado de los trabajos que se han venido desarrollando en el Gobierno de la Ciudad en una Comisión que hemos llamado la Comisión de Economía del Cuidado e Igualdad Laboral (CECILA), en la que se conjuntan varias secretarías y la secretaria de Trabajo, Amalia García, es la secretaría técnica, hemos estado analizando el tema durante estos años, sobre todo a partir de 2013, en que el Jefe de Gobierno firma un Memorándum de Entendimiento con ONU Mujeres, en los cuales hemos venido avanzando en varias líneas de trabajo y ésta es una de ellas.

Me da gusto porque en esta Comisión -que es la que ha encargado esta serie de estudios y otros más, que espero también podamos presentar- se han hecho análisis sobre las condiciones de la población, las necesidades de cuidado, partiendo de la idea de que el derecho al cuidado debe ser un derecho universal. Ya está en nuestra nueva Constitución como un derecho fundamental porque todos en algún momento de la vida tenemos la obligación de cuidar o el derecho de ser cuidados.

Se ha hablado, incluso, de un nuevo concepto que se llama “cuidadanía” que tiene que ver con este nuevo derecho importante en esta parte. Se han hecho estudios importantes tanto de la población joven como de la mayor, calculando también el creciente proceso de envejecimiento y lo que significa como carga de cuidado para los hogares.

También, abrevado de las otras encuestas nacionales que hay sobre el uso del tiempo, sabemos que las mujeres somos las principales cuidadoras, no sólo de los hijos, sino de las y los adultos mayores, de las personas enfermas o con algún grado de discapacidad que les impida la autonomía de realizar actividades básicas.

Hemos ido avanzando, mirando lo que se puede ofrecer, las necesidades y estamos en vías de poder integrar una propuesta de política pública en la materia. Pero creo que la importancia del libro no solamente radica en mirar este tipo de necesidades y de analizar, por ejemplo, el impacto en el mercado de trabajo y la participación económica de las mujeres de la Ciudad, sino también en esta doble jornada que tenemos.

Uno de los hallazgos que hace Edith Pacheco, en esta comparación de 2000 a 2010 -habría que actualizar los datos- pero en realidad el cambio más significativo que ha habido en la población femenina que trabaja en la ciudad, es que hubo un incremento de las profesionistas, pero sobre todo haber cambiado el perfil de la proveeduría del hogar; sin embargo, las diferencias en el salario permanecen, la segmentación en actividades feminizadas y masculinizadas está muy asentada, hay algunos cambios, especialmente en el área de profesionistas, pero en otras áreas de técnicos, de directivos es muy baja la tasa de transformación.

Hay hogares con dos proveedores económicos e incluso en el 34 por ciento de los hogares, la mujer es la principal o la única proveedora, entonces es una transformación muy fuerte, que a la vez supone un saldo en materia de cuidado que en cada hogar se tiene que resolver, ya sea ocupando mano de obra o transfiriendo ese trabajo a otra mujer de la familia.

Aquí es donde yo quisiera dejar la parte empírica de lado para dejar una reflexión más política sobre el tema del cuidado. Yo creo que es un error ver este derecho como un tema de reivindicación feminista.

Ciertamente, así como el feminismo de la primera ola se planteó el voto por cuestiones básicas de reconocimiento, el feminismo de la segunda ola se planteó, en primer lugar el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y en segundo lugar, el tema del reconocimiento del trabajo doméstico. Pero este no es un problema feminista, creo que aquí, el feminismo está planteando una demanda universal.

Yo diría que en este sentido el feminismo es un humanismo de nuevo cuño porque abre camino a través de esta demanda del reconocimiento del cuidado, a una nueva concepción de abordaje de la economía y de lo económico, porque en el sistema capitalista lo único que ingresa en este marco de cálculo económico son las mercancías, todos aquellos productos que tienen un valor y un precio en el mercado.

Como el trabajo de cuidados aparece como un trabajo privado, personal, excluido del marco económico, el mercado y las empresas no se ocupan del tema, cuando llega una persona a trabajar tiene que llegar, comida, vestida, bañada y la población tiene que pasar un tiempo en el cuidado para poder llegar a este plan.

Este tema es mucho más importante hoy que antes porque el capitalismo salvaje que estamos viviendo, que está basado en la precarización de las condiciones de trabajo, está planteándose en breve, de hecho ya hay robots trabajando, mientras se fomenta el tratar a la gente como una población súper numeraria excedentaria, que no les importa excluir.

En esta reivindicación del cuidado, del derecho a que todos seamos personas con el cariño, con la protección, con el cuidado al desarrollo que se requiere para desarrollarnos en toda la potencialidad de la persona humana.

También hay que decir que al revindicar el reconocimiento de una economía más amplia, que implica la economía que se desarrolla en los hogares como parte de la economía del cuidado, también estamos introduciendo un tema importante con muchas más repercusiones, que es el tema de la reproducción, no sólo producir, sino reproducirse y vivir dentro de las mejores condiciones de vida que no son necesariamente las condiciones de consumo, el buen vivir no está relacionado con el consumo sino con toda una serie de potencialidades.

En ese marco estaríamos también planteando el tema de la reproducción de la naturaleza, porque este capitalismo salvaje, machista en el que vivimos ni reconoce el trabajo de las mujeres ni reconoce el trabajo de la naturaleza y también pasa y violenta a las mujeres y a la naturaleza.

Eso sería todo, muchas gracias.